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Por qué los centros educativos deben abordar los trastornos alimentarios, la alimentación desordenada y la aceptación corporal del alumnado. Por qué son frecuentes y perjudiciales para la salud y el aprendizaje.

Por qué tu centro educativo debe abordar la alimentación y la confianza corporal

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Te sorprendería saber cuántos alumnos y alumnas están obsesionados con la comida y la forma física ahora mismo

Cuando tu escuela presta atención a los trastornos alimentarios y la insatisfacción corporal, está ayudando a una gran cantidad de alumnos y alumnas a mejorar su bienestar mental y su nutrición. Al mismo tiempo, también brinda apoyo a la minoría de alumnos que podrían desarrollar un trastorno alimentario o que se encuentran en tratamiento. Es como matar tres pájaros de un tiro. De hecho, serían cuatro pájaros si la escuela se ve presionada para «combatir la obesidad» y cinco si se propone realizar una promoción efectiva de la salud. Propongo una política que integre todos estos aspectos.

Qué hacer: una visión general

Recomiendo que tu centro designe al menos a un miembro del personal para que aprenda lo esencial de estas páginas web, elabore un protocolo de actuación y sea un punto central de contacto para padres, profesionales sanitarios y demás personal del centro.

Para que tu centro marque la diferencia, es importante que:

  • Revise los mensajes que transmite sobre la alimentación, el ejercicio y la forma corporal.
  • Sepa cómo reducir el riesgo de que los alumnos desarrollen un trastorno alimentario o sufran hábitos alimentarios desordenados.
  • Contribuya a la identificación temprana de los trastornos alimentarios, para que el tratamiento comience lo antes posible.
  • Apoye a los alumnos durante el tratamiento de los trastornos alimentarios, cooperando con la familia y los proveedores del tratamiento.

¿Qué se entiende por alimentación desordenada y con qué frecuencia se presenta?

La alimentación desordenada se caracteriza por comportamientos poco saludables o de riesgo como los siguientes:

  • Saltarse comidas de forma regular: por ejemplo, comer solamente en casa después del colegio y no almorzar.
  • Experimentar períodos de negación seguidos de atracones.
  • Usar pastillas para adelgazar, purgantes y diuréticos.
  • Purgarse (vómito autoinducido).
  • Prescindir de grupos de alimentos importantes.

Se estima que estos comportamientos afectan a alrededor del 55% de las niñas y al 30% de los niños, por lo que no son nada inusuales. En al menos un tercio de tus clases, hay alumnos cuyo cerebro no está funcionando a su máximo potencial debido a la mala alimentación y los pensamientos obsesivos. Para algunos, la deficiencia de calorías o nutrientes afecta a su desarrollo saludable (por ejemplo, las niñas pueden tener problemas hormonales como la ausencia del periodo).

La alimentación desordenada existe en un continuo que va desde las conductas leves ocasionales a las compulsiones extremas de alguien con un trastorno alimentario diagnosticable.

Muchos de tus alumnos y alumnas tendrán algún tipo de comportamiento alimentario desordenado sin llegar a desarrollar un trastorno alimentario diagnosticado. Para los alumnos con una combinación de factores de riesgo (genéticos y ambientales), la alimentación desordenada leve puede ser una señal temprana de un trastorno alimentario.

¿Qué es la insatisfacción corporal y con qué frecuencia se presenta?

La insatisfacción corporal es sentirte mal con tu apariencia. Esto se convierte en algo importante cuando te impide participar activamente en la vida escolar, perseguir tus ambiciones, o afecta a tu confianza, estado de ánimo y relaciones.

Alrededor del 70% de los adolescentes se ven afectados por la insatisfacción corporal. Las cifras que se barajan para niños y adolescentes varían entre el 25 y el 75%.

Estos jóvenes vinculan su autoestima y valía personal a su apariencia. Esto afecta a su confianza y está relacionado con el bajo estado de ánimo y la depresión. Les impide alcanzar su potencial: a nivel mundial, 6 de cada 10 chicas dejan de hacer algo que aman o que les beneficiaría porque se sienten mal por su aspecto. Un estudio internacional realizado con mujeres y niñas de 70 países reveló que el 45% de las encuestadas cree que la falta de confianza corporal limita a las chicas a la hora de asumir posiciones de liderazgo. En el Reino Unido, entre el 70 y el 80% de las jóvenes abandonan actividades debido a la baja confianza en su cuerpo. Y ponen en riesgo su salud: 9 de cada 10 chicas con baja autoestima se saltan comidas. (Estas estadísticas y más pueden consultarse aquíaquí y aquí).

La insatisfacción corporal a menudo está relacionada con la alimentación desordenada. Puede conducir a conductas poco saludables en el intento de los alumnos por estar más delgados o tonificados. Además, la insatisfacción corporal es uno de los factores de riesgo dentro de un conjunto complejo que puede derivar en un trastorno alimentario (no es la causa única). Una vez que alguien tiene un trastorno alimentario, suele (pero no siempre) sufrir de insatisfacción corporal y una imagen corporal distorsionada. En algunos jóvenes, la insatisfacción corporal es una señal temprana de un trastorno alimentario.

Tu escuela puede fomentar la confianza corporal creando un entorno libre de estigma por el peso y burlas por el cuerpo (fat-shaming).

¿Qué es un trastorno alimentario?

Un trastorno alimentario es una enfermedad que se diagnostica a partir de un conjunto de criterios, como patrones de alimentación, atracones y vómitos.

Los trastornos alimentarios diagnosticables más comunes que probablemente afecten a los alumnos y alumnas de tu escuela son:

  • Trastorno por atracón
  • Bulimia
  • Anorexia
  • Alumnos con variaciones atípicas de estos trastornos podrían recibir el diagnóstico de trastorno alimentario no especificado (OSFED por sus siglas en inglés). 
  •  Una amplia variedad de problemas alimentarios, que se observan con mayor frecuencia en niños de primaria, se engloban bajo el trastorno ARFID (trastorno por evitación/restricción de la ingesta de alimentos).

Todos estos trastornos alimentarios diagnosticables normalmente requieren atención especializada urgente.

¿Cómo de peligroso es un trastorno alimentario?

La escuela juega un papel vital porque los trastornos alimentarios son enfermedades altamente peligrosas si no se tratan adecuadamente.  Aumentan el riesgo de muerte de una persona entre 1.5 y 6 veces. Si bien se podría pensar que las personas extremadamente delgadas hospitalizadas por anorexia corren un riesgo particular, esto es cierto, pero en general todos los trastornos alimentarios son igualmente letales y conllevan importantes riesgos para la salud. Alguien puede estar en peligro médico y psicológico incluso si su peso parece alto o normal. Puede correr un gran riesgo médico si restringe grupos de alimentos, restringe calorías, alterna restricción y atracones, elimina grupos de alimentos, hace ejercicio excesivo, vomita o abusa de laxantes, diuréticos o pastillas para adelgazar.

Cualquier trastorno alimentario puede suponer un riesgo médico urgente, dependiendo del grado de malnutrición. Todos los trastornos alimentarios son peligrosos, causan un profundo malestar, impiden a los alumnos alcanzar su máximo potencial y pueden convertirse en crónicos.

Una persona con un trastorno alimentario tiene entre 4 y 7 veces más probabilidades de suicidarse que alguien sin este problema.  Como mínimo, un trastorno alimentario afecta la capacidad de un alumno o alumna para concentrarse y participar en el trabajo escolar y en las relaciones con sus compañeros.

Los trastornos alimentarios son mucho más comunes de lo que creerías

En tu centro de secundaria secundaria, de cada 100 alumnos (chicos y chicas), se estima que al menos 6 padecen un trastorno alimentario.  Entre las chicas de secundaria, esta cifra puede ascender de 8 a 15. De ese grupo, una por lo general tendrá anorexia, mientras que las demás podrían sufrir bulimia o trastorno por atracón. En una escuela primaria, debes estar preparado para que, en cualquier momento, aproximadamente un alumno o alumna tenga un trastorno alimentario que le cause desnutrición y terror.

Los trastornos alimentarios requieren atención urgente

No pienses que un trastorno alimentario «se pasará solo», que es «solo una fase» o que la escuela puede vencerlo por sí sola. Un trastorno alimentario es grave y requiere tratamiento especializado.

¡Marcarás una enorme diferencia con tus acciones!

El tratamiento actual requiere una colaboración entre padres, profesionales de la salud y el centro educativo. Las tareas para los centros educativos rara vez son difíciles y la recompensa es la rápida recuperación de una persona joven.

«Estoy en deuda con el instituto de mi hija. Su apoyo, incluyendo la supervisión del almuerzo, permitió que mi hija pudiera seguir escolarizada y mantener vínculos vitales con sus amigas.»

La sorprendente realidad sobre la causa de los trastornos alimentarios

Olvida todo lo que hayas escuchado sobre las personas que desarrollan un trastorno alimentario como una forma de lidiar con las emociones, conseguir control o más autonomía, o incluso por vanidad. La causa es tan compleja que los mejores expertos aún la están investigando. Tanto las causas como los factores que mantienen la enfermedad tienen mucho más que ver con la biología, el metabolismo y los genes de lo que se pensaba anteriormente.

Este documento enfatiza la importancia de evitar las dietas para bajar de peso. Para la mayoría de las personas, un trastorno alimentario comienza con una dieta o una pérdida de peso involuntaria. La restricción de alimentos perpetúa los hábitos alimentarios desordenados.

Los genes y el entorno interactúan de maneras complejas. Es poco probable que desarrolles un trastorno alimentario solo por haber sufrido un trauma, acoso escolar, exposición a imágenes de modelos delgadas o consejos para hacer dieta. Sin embargo, estos factores pueden contribuir al riesgo general y, sin duda, dificultan la recuperación.

Algo que sabemos ahora es que (en contra de teorías anteriores) los padres no causan los trastornos alimentarios. Es importante que sepas esto porque los padres son los principales aliados en el tratamiento de su hijo o hija. Necesitarán trabajar en equipo contigo para ayudar a su hijo o hija.

Por qué tus alumnos no pueden alcanzar su máximo potencial cuando tienen un trastorno alimentario

Las personas con trastornos alimentarios sufren pensamientos obsesivos y muy negativos:

«Se pasaba cada minuto del día pensando en comida y en su forma corporal. Después de cada comida, se sentía enferma y ansiosa, atormentada por lo que había comido, y corría a autolesionarse convencida de que había comido demasiado e iba a ponerse enorme.»

 «Sentía un hambre y una debilidad terribles, pero una voz en su cabeza le gritaba que era un glotón, que estaba gordo y que no necesitaba ni merecía comer. Tenía un ansia desesperada de salir a correr. No había forma de que pudiera concentrarse en las tareas.»

 «Encontré listas donde había estado contando y recontando calorías. Planeaba morirse de hambre mañana para compensar los atracones de hoy.»

La escuela proporciona un alivio temporal de la voz controladora e incesante en la cabeza del alumno o alumna. Puede, por unas horas, restaurar la autoestima y el sentido del yo. Sin embargo, cuando las lecciones son difíciles, hay presión de exámenes o conflictos con los compañeros, la escuela se suma al estrés de la enfermedad. El estrés refuerza la necesidad de restringir la comida, darse atracones o provocarse el vómito, por lo que la escuela puede convertirse, sin quererlo, en parte de un círculo vicioso.


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