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Centros educativos: qué hacer cuando un alumno o alumna muestra signos de un trastorno alimentario

Centros educativos: qué hacer cuando un alumno o alumna muestra signos de un trastorno alimentario

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¿Qué debe hacer tu centro educativo cuando un alumno o alumna muestra signos de un trastorno alimentario o de alimentación desordenada?

Cuanto más grave parezca el problema, más decisiva y rápidamente debes actuar. En el extremo «grave», yo situaría cualquier comportamiento que pueda ser parte de un trastorno alimentario diagnosticable, además de cualquiera de los comportamientos más extremos de la alimentación desordenada.

Los niveles bajos de alimentación desordenada son muy comunes entre el alumnado y es posible que no justifiquen un tratamiento individual. La escuela tendrá que emplear el sentido común a la hora de decidir cuándo dar la voz de alarma. En caso de duda, deja que el personal experto decida.

Si sospechas que una alumna podría tener un trastorno alimentario, te recomiendo que te pongas en contacto con sus padres en un plazo de 24 horas.

En el caso de alumnas mayores, puedes optar por hablar con ellas antes de notificarlo a sus padres.

Qué decirle a una alumna que muestra señales de un problema alimentario

Dile a la alumna que te preocupa su bienestar y que has observado… [describe una o dos conductas específicas]. Aclara que, aunque no puedes prometerle confidencialidad en este asunto, te importa su salud y por eso vas a informar a sus padres. Dale la oportunidad de explicarte qué sucede, pero sé firme en que no puedes guardar secretos. Evita dar consejos, ya que podrían malinterpretarlos y dificultar el tratamiento.

No es necesario que menciones la sospecha de un trastorno alimentario, pues si la alumna te asegura que está bien, podrías quedar fuera de lugar. Las alumnas pueden no reconocer su problema, creer que lo resolverán solas, sentir vergüenza o miedo al tratamiento. No te dejes convencer por sus súplicas de que todo está bien. Las personas más encantadoras pueden mentir descaradamente cuando están en las garras de un trastorno alimentario.


Qué hacer cuando una alumna te confiesa problemas alimentarios

Si una alumna cuenta a un miembro del personal que tiene problemas con la alimentación, tu postura debe ser empática y orientada a la acción. Muestra tu preocupación por su bienestar.

Una alumna puede hablar de pequeñas dificultades con la comida sin admitir un problema mucho mayor. Dado que los trastornos de la alimentación se suelen mantener en secreto, en este caso hay que pecar de prudente y dejar que el personal experto evalúe si es necesario actuar o no.

Explícale que, como las dificultades con la alimentación pueden ser peligrosas, la confidencialidad no es aplicable en su caso. Explícale que hablarás con sus padres para que la alumna tenga acceso a un experto o experta, y que será este experto quien determine qué tipo de ayuda necesita o no la alumna para estar segura y feliz. Sugiero que en esta fase utilices simplemente el término «dificultades con la alimentación» o «dificultades con la confianza en tu propio cuerpo» y que evites utilizar palabras como anorexia o bulimia. Es igual de cierto y te evita entrar en discusiones sobre un posible diagnóstico.

Qué decir a una alumna que te informa acerca de las preocupaciones que tiene por una compañera

A veces, la alerta la da una compañera y está bien que lo haga de forma anónima. Anota lo que te diga y luego consulta con el personal designado para tratar los trastornos alimentarios. Dale las gracias a la alumna por su información, ya que podría salvar vidas. Tranquilízala asegurándole que hay expertos disponibles para evaluar y tratar la situación.

Qué decir a los padres (en un plazo de 24 horas)

¿Por qué 24 horas? Porque en algunos trastornos alimentarios, el deterioro es rápido, y cada día trae consigo más restricciones y una actitud más arraigada. Además, no puedes saber cuál es el riesgo médico de la alumna solo por su apariencia. Cuanto antes se trate un trastorno alimentario, más eficaz y duradero será el tratamiento.

No des por hecho que los padres ya lo saben. Probablemente no tengan la misma experiencia con los trastornos alimentarios que tú. Y las conductas en casa pueden seguir siendo normales. Al principio de un trastorno alimentario, las alumnas a menudo tiran la comida en el colegio mientras siguen comiendo con normalidad en casa.

Un centro educativo también puede detectar signos de recaída antes que los padres. Por ejemplo, pueden notar que una alumna está más delgada después de las vacaciones de verano. Al señalar estas preocupaciones, puedes ayudar a evitar que un pequeño retroceso se convierta en una recaída en toda regla.

Para los padres, enterarse de que su hija o hijo podría tener un trastorno alimentario es un shock. Algunos pueden quedarse paralizados y en estado de negación. Este es un momento para generar confianza y consideración mutua, ya que tendrán que trabajar en equipo. Busca tratar a los padres con empatía. También es posible que necesites transmitirles un mínimo de información similar a la siguiente:

  • No sabemos si se trata de un trastorno alimentario, pero si lo es, el tratamiento temprano marca una gran diferencia. Los trastornos alimentarios son tratables (esto brinda esperanza a los padres que se encuentran en estado de shock).
  • Los especialistas evaluarán si se trata «solo de una fase» de alimentación desordenada o si es un trastorno alimentario (los padres pueden temer que consultar a especialistas sea exagerar el problema y empeorar la situación de su hija, pero esto no es así).
  • De cualquier manera, los especialistas asesorarán tanto a los padres como a la escuela sobre los próximos pasos.

También podrías recomendar a los padres este sitio web en el que te encuentra (anorexiafamily.com). Aquí encontrarán muchos recursos de ayuda.

Cómo conseguir una evaluación urgente por parte de especialistas para el alumno o alumna

Si un alumno a alumna presenta indicios de un trastorno alimentario, debe ser evaluado por un servicio especializado en trastornos alimentarios sin demora. Ni el centro educativo ni los padres deben adoptar una actitud de «esperar y ver qué sucede». En España y en otros países con un sistema nacional de salud, es posible que los padres tengan que acudir primero a su pediatra o médico de cabecera, quien deberá derivarlos con rapidez a los especialistas en trastornos alimentarios.

Qué hacer si los padres no quieren que su hija vea a un especialista

Es posible que algunos padres no estén de acuerdo en que su hijo o hija deba consultar a especialistas o incluso a su pediatra o médico de cabecera.

Te sugiero que fomentes una relación respetuosa con estos padres, ya que en esta etapa no sabes si están paralizados por el miedo o si tienen una mejor comprensión de la situación que tú.

Por ejemplo, algunos padres ya han utilizado el servicio de salud para el trastorno alimentario de su hijo o hija. Es posible que hayan quedado decepcionados con el nivel de atención o que hayan desarrollado su propia experiencia, y hayan tratado a su hijo o hija con mínima intervención profesional. Siempre que el niño o la niña esté médicamente estable y progrese, esto está perfectamente bien. En ocasiones, puedes encontrarte con padres que, por cualquier motivo, no están tomando medidas, mientras que sospechas que su hijo o hija puede tener un trastorno alimentario sin tratar. En este caso, te recomiendo que te pongas en contacto con los expertos del servicio de salud y sigas sus indicaciones.


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